Una colaboración de Carles Antoni Gutiérrez, Guti para los amigos.
Yo sí quiero morir como tu!
Don’t die like me… Este fue el mensaje de George Best al mundo un 20 de Noviembre de 2005 en el tabloide británico News of the World acompañada de una foto que mostraba el calvario por el que estaba pasando. Una infección en el riñón lo estaba matando debido a los efectos inmunosupresores que tomaba por el transplante de hígado.
Estoy seguro George, estés donde estés, que ahora no repetirías el mismo mensaje. Y para ello escribo hoy unas líneas en homenaje a alguien que predicó con el ejemplo de cada acto que hizo. Nos advirtió a todos de cuán rápido pasan los días envueltos en la mediocridad y el stress a los que estamos sometidos.
Deportivamente, un grande del final de la década de los 60 en la que conquistó con el ManU dos ligas, una copa de europa y un balón de oro. A nivel de selecciones, tuvo la misma desgracia que otros grandes como Ryan Giggs o Andrey Schevchenko, pertenecer a una nación débil y no poder alcanzar grandes éxitos. Una de sus grandes citas en este ámbito fue “Hace años dije que si me daban a elegir entre marcar un golazo al Liverpool o acostarme con Miss Mundo iba a tener una difícil elección. Afortunadamente, he tenido la oportunidad de hacer ambas cosas”.
Extadeportivamente, un mito. Claros fueron sus mensajes: "En 1969 dejé las mujeres y el alcohol; fueron los peores 20 minutos de mi vida" En 1990 se plantó borracho en medio de un programa de alta audiencia y le dijo al presentador: “Terry, I like screwing” (Terry, me encanta follar). Sincero y directo. ¿A quién no le gusta el mambo?
Como comentarista deportivo era claro y preciso en sus análisis. De David Beckham opinó “No le pega con la izquierda, no cabecea, no defiende y no marca muchos goles. Aparte de eso, está bien”. Y de Paul Gascoigne: "No me llega ni a los cordones de la botella".
Y hasta en su enfermedad, supo estar a la altura del personaje, batiendo su propio récord de pintas bebidas en una diálisis recién transplantado el riñón comparando el volumen de cerveza ingerida con la sangre de las transfusiones.
Sé que sufriste al final George. Pero viendo en retrospectiva la intensidad de tu vida, concluyo en que la mía es mediocre. Y creo que, en los momentos más difíciles, los momentos en que la mediocridad nos invade, cambiaremos tu “Don’t die like me…” por tu “Gasté mucho dinero en licor, mujeres y coches deportivos. El resto lo desperdicié".
Y es que, amigo George, estés donde estés, brindo por ti!!
Una colaboración de Carles Antoni Gutiérrez, Guti para los amigos.
27 noviembre 2008
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